Roberto Guerrieri es un destacado empresario argentino y fundador de Romipack, la reconocida fábrica de bolsas de papel.
Su historia comienza en el barrio de Liniers, su casa estaba arriba del Banco Popular Argentino del cual su papá era Gerente (era costumbre de la época que el Gerente viviera en los altos de la sucursal). Su mamá era maestra y siempre incentivó a él y su hermano a estudiar y superarse, tal es así que los inscribió en el Colegio Nacional de Buenos Aires a pesar de que les quedaba muy lejos.
Desde temprana edad a Roberto se le notaba su espíritu emprendedor, que lo caracteriza hasta el día de hoy. Siendo así que en la adolescencia también ayudaba a su mamá en un exitoso local de regalos que tenía en la Galería San José de Flores. Inicialmente, eligió la carrera de abogacía, pero a poco de finalizar decidió seguir su verdadera vocación… emprender. Y así, en el camino, nació Romipack, que hoy, con 60 años de trayectoria, se posiciona como una de las empresas líderes en la fabricación y comercialización de bolsas de papel en Latinoamérica.
La planta de Romipack se extiende por 17.000 m² y cuenta con la más alta tecnología del mercado internacional y las más altas certificaciones, empleando a 250 personas y manteniendo relaciones con 1.500 clientes activos.
La producción es impresionante: fabrican 600.000 bolsas por día. Este año, la adquirieron tres nuevas máquinas en la feria Drupa en Düsseldorf, Alemania, que estarán instaladas en enero de 2025. Roberto se sintió profundamente gratificado al comprobar que todos los expositores conocían a Romipack.
Como empresario, su mayor satisfacción es invertir actualizando siempre la planta con la última tecnología y nuevas maquinarias.
Roberto es muy querido y respetado por clientes, proveedores y, sobre todo, por sus empleados. Recorre la planta a diario y se lo puede ver abrazándose con los operarios y maquinistas, creando un ambiente de cercanía y camaradería.
Un tema muy particular: Castañón! Rober, recicló la antigua planta del barrio de Flores como “lugar para encuentros”. Un espacio muy cálido y que ya tiene su propia historia, donde organiza agasajos para amigos y clientes y por donde han pasado hasta presidentes y embajadores. Y como el hobby de Rober es invitar y celebrar, la Residencia Castañón está siempre con los trajines de algún evento.
Sus pilares fundamentales:
Indispensable para todo Emprendedor:
Vida personal / vida laboral:
En el caso de Rober, no separa la vida personal y la laboral porque es amigo de sus clientes y de muchos de sus colaboradores. Desde sus inicios se armó un quincho atrás de la fábrica para invitar amigos a cenar. Supo construir excelentes relaciones con los clientes al ser eternamente agradecido y consciente de que todo lo logrado se debe a ellos. Necesita agasajarlos, devolverles de alguna manera todo lo que ellos le brindaron. Pero también reconoce que al ser muy emocional, a veces ciertas cues tiones laborales le afectan en su vida personal.
Sobre el éxito:
Nunca ve que llega a lo más alto. Siempre está queriendo comprar la última tecnología, tener las mejores materias primas, incorporar lo último que sale en el mundo en su rubro. La ambición de siempre apuntar a ser el número 1 en lo suyo.
A modo de demostrar nuestra admiración por Roberto, como persona y empresario, es que desde GAF quisimos com partir con todos los lectores su historia. Esperamos que les resulte tan inspiradora como a nosotros.
Fuente: Nota publicada en GAF 2025
30 de Abril de 2025