Refaccionar la casa, tendencia en alza: cuánto cuesta y por qué se volvió conveniente

Por la pandemia de coronavirus y la cuarentena, la casa se transformó en el centro de la vida. Por momentos es la oficina de los grandes y la escuela de los chicos, en los tiempos libres se convierte en cine, restaurant y más. Las restricciones para comprar un dólar “accesible” y la imposibilidad de planificar un viaje hicieron que algunos –los que tienen ahorros o les queda un resto a pesar de la crisis  elijan invertir en el hogar. ¿Cómo? Haciendo mejoras y refacciones: cocina o baño a nuevo y otros arreglos pendientes.

“Estamos con mucha demanda de pedidos de remodelación y ampliación”, le cuenta a Clarín Cristian Blanco, CEO de Tualbañil.com, que presta servicios de reparaciones generales, pintura, colocación de cerámicos, electricidad y plomería.

Esta tendencia tendría varias explicaciones. “Para el que contaba con un ahorro en dólares, refaccionar hoy es mucho más barato”, aporta Blanco y dice que tienen clientes que están vendiendo al "blue" para remodelar sus casas. “Nos damos cuenta al momento del pago porque prefieren hacer la operación en efectivo, no por transferencia bancaria”, advierte.

Pero el cepo, que disparó el tipo de cambio, sería solo uno de los puntos a tener en cuenta. También lo asocia con la “nueva normalidad”. “Nuestros principales competidores siempre fueron los viajes. Había arreglos que se postergaban para destinar esa plata al turismo. Hoy no existe esa posibilidad. Por otro lado, se está revalorizando la casa como espacio de uso y de experiencia”, remarca.

Germán Gómez Picasso, arquitecto y fundador de Reporte Inmobiliario, coincide en que bajó el costo en dólares de las remodelaciones y que hoy resulta más conveniente invertir en el hogar. “El presupuesto para hacer baño y cocina de un departamento era de 17.070 dólares en el comienzo de 2018. Hoy sale 6.000 dólares”, señala Gómez Picasso.

En la actualidad, comprar 6.000 dólares es mucho más difícil que hace casi tres años. Por esto, sostiene que es una buena opción para los que ya contaban con ese ahorro. "En pesos, todo sigue aumentando", advierte.

Según Nicolás Litvinoff, economista y experto en finanzas personales, “las dificultades para conseguir un dólar accesible por el cepo pueden estar relacionadas con que la gente oriente el gasto hacia el hogar”.

Además, habla del “ahorro forzoso” que tienen algunos y que podría destinarse a las refacciones. “Hay negocios que cerraron, rubros que ya no funcionan. No se va más al cine, no se gasta en almorzar fuera de la oficina o en viáticos”, apunta Litvinoff, aunque aclara que estos supuestos aplican a parte de la población ya que también hay otro grupo que, en el marco de la pandemia, cuenta con menos ingresos que antes.

¿Es una inversión recomendable? La respuesta del economista, que es director de estudinero.com, es que sí. “En la actualidad, los insumos para la construcción están a niveles bajísimos ya que no aumentaron al ritmo de la devaluación. Refaccionar es una buena forma de invertir para, en el futuro, incrementar el valor de la propiedad. No hoy: pero nuestra economía es cíclica y en algún momento las casas y departamentos van a volver a subir”, detalla.

Y afirma que no solo es una alternativa a considerar para el que tiene dólares: “Incluso con pesos está ok hacerlo porque el costo de entrada a esa inversión es bajo”.

María Laura Castro (38) es una de las que eligió este momento para refaccionar su casa de Núñez. “La cocina la queríamos remodelar desde que nos mudamos, hace tres años. Pero no teníamos plata ni tiempo. La cuarentena nos hizo volver a la idea original”, cuenta la mujer, que es abogada.

Dice que, al principio del aislamiento obligatorio, junto a su marido optaron por realizar arreglos menores, pensando que la cuarentena iba a durar 15 días o un mes: “No queríamos encarar una obra grande. Hicimos solo unos mejoras de pintura y decoración”.

Las reiteradas extensiones los llevaron a apostar a más. “La cocina es lo primero que ves cuando entrás a la casa, a mi marido le encanta cocinar, así que decidimos destinar plata a ese ambiente”, comparte.

Cambiaron los muebles y agregaron espacio de guardado, ahora les queda renovar la grifería, la mesada y colocar unos azulejos. “Vinieron tres personas a tomar medidas. Para uno de los trabajos iban a demorar 20 días y al final fueron 35. Se justificaron diciendo que tenían mucha demanda”, aporta María Laura.

Como están pagando un crédito UVA y ella recibió el ATP no pueden comprar los 200 dólares mensuales, a eso se sumó que, por estar más en la casa, se evitan otros gastos: como ir a comer afuera. “Los pesitos que nos fueron sobrando los pusimos ahí. Invertir en la casa nos pareció lo más seguro”, comenta. Y asegura que lograron pagar varios de los arreglos en cuotas.

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Fuente: www.clarin.com

2 de Noviembre de 2020

 

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