Una marca muy reconocida de Tandil por sus increíbles sabores e innovaciones en el mundo de los chacinados está preparada para franquiciar. De la mano de Canudas, comenzaron el recorrido para llegar a la Costa Argentina.
Javier Menéndez es un apasionado de la charcutería como especialidad y su entusiasmo por este tipo de gastronomía -que se encarga de la preparación y venta de embutidos proveniente del cerdo y sus derivados- viene de familia. Su abuelo y luego su papá fueron los pioneros de la actividad en la ciudad de Tandil, desde la primera mitad del siglo XX. Ellos fundaron el Frigorífico Tandil.
En 2008, Javier comenzó a sentar los pilares de Charcutería Tandilera. Hoy es el gerente del área de producción y responsable de la gran variedad de chorizos frescos y secos que ofrecen. Al negocio, se sumó Ezequiel Menéndez, hijo de Javier y cuarta generación de la familia, quién está exclusivamente enfocado en el crecimiento, la sustentabilidad y los signos vitales de la empresa.
El corazón de Charcutería Tandilera son los chacinados frescos, secos, cocidos y salazones, pero, sobre todo, chacinados de productos únicos que se suman a la venta de cortes frescos y ahumados, cortes porcinos y vacunos. También, se ofrecen 20 tipos de chorizos frescos con gustos únicos y van desde aquellos rellenos con queso, albahaca, tomates deshidratados y aceitunas negras (del mediterráneo) hasta chorizos rellenos con queso cheddar y cebolla caramelizada, entre otras variedades de productos de altísima calidad artesanal.
Planes de expansión
El modelo consiste en la reproducción del arquetipo que constituyen sus siete sucursales propias en la ciudad de Tandil, en distintas ciudades de la provincia de Buenos Aires.
El franquiciado invierte en la creación de su propia sucursal, la operación y desde la charcutería lo abastecen con los mismos productos que ofrecen en la ciudad de Tandil, ya sean, chacinados, cortes porcinos o cortes vacunos.
El negocio requiere de 3 puestos: un cajero/cajera y 2 carniceros/carniceras. Dentro de estos tres puestos se ubica el franquiciado, dejando la opción de contratar dos empleados para los dos puestos restantes o cubrirlos con ayuda familiar.
La inversión estimada es de U$S 43.000 y se recuperará en el plazo de 2 años. Se incluye el total de las instalaciones de la sucursal, capital de trabajo, stock inicial y su constante capacitación y asistencia para operar con éxito.
“Lo importante de este punto es que nosotros proveemos los cortes porcinos y vacunos, listos para su presentación en el mostrador y capacitamos al franquiciado para la totalidad del trabajo, de manera que su experiencia como carnicero no es excluyente. De la misma manera, y aún más importante, lo capacitamos y asistimos en la administración del negocio, ya que al final del día, lo importante es que los ingresos superen a los egresos”, cuenta Javier Menéndez.
Una vez entregado el local y suponiendo que el comercio esté en buenas condiciones edilicias, se puede armar en negocio en unos 30 días. Con una buena coordinación previa de la provisión de los equipos, cámara, heladeras, cartelería, muebles y servicios.
En el mediano plazo apuntan a franquicias en las ciudades cercanas a Tandil y, particularmente, a consolidar su presencia en la ciudad de Mar del Plata.
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Fuente: www.gaf-franquicias.com 26 de Septiembre de 2024